jueves, 24 de mayo de 2012

QUERIDA: TENGO UN NUEVO TRABAJO

En una empresa había un problema bastante particular: uno de los trabajadores parecía no aceptar que los empleadores querían echarlo y éstos, a su vez, no sabían como hacerle entender que la relación no iba más. Un día decidieron asignarle una mudanza en su puesto de trabajo, determinándole un nuevo domicilio. Motivado por este cambio, el primer día de laburo el tipo se levantó, se cambió, saludó a su jermu, a sus hijos que dormían y asistió a tiempo al lugar asignado. Pero cuando llegó, se dio con la sorpresa de que, increíblemente, el lugar en cuestión no existía. Consternado le consultó a los vecinos del lugar, cayendo en la cuenta recién en ese momento que el número de la calle no existía y que el último rastro de la empresa en el lugar es de hacía varios años atrás. La empresa tuvo que pagar una indemnización por despido indirecto.



L. J. M. c/ Excelencia S.R.L. - Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, 15/07/2011.

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