Un tipo se quejaba siempre con sus vecinos de que su esposa no quería tener hijos y que hacía varios años que incumplía sistemáticamente con su débito conyugal, con excusas del tipo “hoy no, querido, estoy con jaqueca”. Un buen día operaron a la mujer y mientras estaba convaleciente, el tipo abandonó su hogar y pocos días después se fue a convivir con una ex novia de la juventud, con quien había mantenido contacto vía e-mail mientras estaba casado. Al poco tiempo cumplió el sueño de tener su propia descendencia. El juez declaró el divorcio por exclusiva culpa del esposo, quien tuvo que indemnizar a su ex mujer por daño moral. ¿Así que te duele la cabeza?
T. C. A. c/ V. A. D. - Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, 5/9/2011.
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